lunes, 30 de junio de 2014

Manías de Petrolhead


Hace unas semanas cuando dejaba la compra semanal en el maletero de "La Bañera" me fijé en el despropósito de cuatro ruedas que tenía en la plaza de al lado (separado por una buena columna), típico Clio 1.4 "toh huapoh" con tubarro, bajao y con las míticas Speedline Grupo A en blanco.

(Un clásico en el mundo "rallístico" astur)

 Al verlas inmediatamente me agaché a fijarme en los neumáticos para descubrir que montaba unas Dunlop SP Fastresponse (De las cuales gasté dos juegos en diferentes medidas en el Audi con desagradable resultado) y me dije a mi mismo "Algo no me cuadra en toda esta parafernalia".

Con lo que me quedé de esta nota introductoria no fue el hecho de encontrarme con un Clio "tocao" más de los que rondan las carreteras, si no con el hecho de agacharme a mirar que ruedas llevaba el susodicho y pensar que no era la primera vez que lo había hecho.

¿Por qué tenía que ir yo a mirar las ruedas de todo bicho que me rodease? ¿Qué me importaba a mi? ¿Qué me aportaba? Sumergido en ese pensamiento, llegué a la conclusión de que no era la primera vez que lo hacía, inconscientemente lo hacía siempre, tenía controladas las ruedas de todos los coches que conozco. ¿Tenía algún tipo de TOC? ¿Estaba alcanzado un estado de obsesión irreversible?

Afortunadamente, al cabo de unos días el miembro McFly de SportCarClub  abrió un hilo llamado "Manías de Petrolheads" y vi que no estaba solo en el mundo.