viernes, 27 de julio de 2012

Una nueva esperanza

Aún a día de hoy lo recuerdo como si hubiese sido ayer, tengo grabado en la memoria ese sonido de  ametralladora ligera M60 llena de esteroides, que se ha pasado la noche abusando de la cocaína.
Un sonido que te hace sentir muy bien en medio del aburrido tráfico madrileño, atrás queda todo comentario de cualquier profano en la materia tachándote de "tunero". Si, soy un macarra ¿Y qué demonios pasa?.

Pero el sonido por si solo no bastaría si lo que lo produce no te acompaña en este paseo tan sumamente especial. Y evidentemente, no sólo te acompaña, si no que te incita. Con lo que el coche, ya tiene unos cuantos puntos, ese tipo de puntos que únicamente valoramos unos pocos y la gente de "a pie" te mira con cara torcida cuando se los enuncias.

No voy a hablar de lo que el coche provoca en la gente de fuera, porque eso es hablar del populacho que merece la hoguera por ignorante, hablaremos de lo que el coche te cuenta y de lo que provoca dentro de ti.
Que no es otra cosa que la mas sincera y pura felicidad.