Roadtrip

Quizás hoy día sea una de las cosas que mayor placer me producen, tener un destino, una ruta planificada y un grupo de amigotes que te acompañen.

Al estar todos desperdigados por la geografía española, solemos hacer un par de viajes al año para reunirnos todos, contarnos nuestras vidas y disfrutar de un par de noches de desenfreno. Para variar un poco este año nos fuimos a Logroño.

Acudíamos cuatro desde el norte, y la gente siempre preocupada antes por el consumo que, por ejemplo, la comodidad, me dejaban caer indirectas sobre el tema del coche: "¿No llevas el tuyo, no? Con lo que consume..."

Así que para hacer el viaje, con total comodidad y para que la gente no protestara, me decidí a llevar al "Elefante"

(Cómodo y parco en consumo)

 El primer destino era Astorga para recoger a otros dos energúmenos, con lo cual no nos queda otra manera de salir de Asturias (eficaz) que no sea la autopista de peaje AP-66. Hoy día no entiendo como pueden cobrar 10,95€ por semejante estado de dejadez de pavimento, incluso con el Mercedes, vas rebotando de lado a lado de la calzada.

Eso si, plantar un radar de tramo en el túnel del Negrón, es totalmente obligatorio, no vayan a pensar los ilusos conductores que la DGT no vela por nuestra seguridad en esa zona.

La autopista es divertida rodando dentro de los márgenes legales, hay algún ovejo que te adelanta zapato a fondo con un Nissan Pathfinder y no puedes evitar pensar en lo que debe rezar ese señor todos los días.

Está muy transitada por camiones, suben muy lentos, hay muchas curvas ciegas, con cambios de apoyo muy violentos e incluso algunas contraperaltadas, unido todo ello a un estado del asfalto que da pena. Además no son pocos los accidentes mortales que ha habido en ella. Todo asturiano que la transite, recuerda el Ferrari que se estrelló en el puente de Caldas de Luna, falleciendo los dos ocupantes. Unos dicen que un Testarossa, otros un 355. No es relevante...

Tras esto llega la llanura leonesa y ponemos rumbo a Astorga, vía carretera nacional (Los costes obligan, pues vamos a pasar por ahí cuatro veces y el peaje son 5€/pasada). Una carretera muy maja ella, se trata de una recta perfecta con pueblos y dos rotondas.

Ya saben estilo León, recta infinita, límite de 100, señal de "fin de prohibido adelantar" y todos a una, la gente se lanza al carril izquierdo como si regalasen algo, el pobre camión pegándose a la derecha, a punto de llevarse un par de peregrinos. El coche que viene haciendo lo propio en su carril, peregrinos tirándose a los matojos, ráfagas por todos lados, humo negro saliendo de los escapes de las pobre Xsara Picasso llevadas a los extremos de cambiar a más de 2000 vueltas. Un poco de música de "pachum.pachum" y parece que estamos de fiesta.

Todo esto para, llegar al pueblo de turno y frenazo masivo que hay un límite de 50 y "hay radar". ¿Qué más te da si acabas de adelantar a tres camiones de una tacada con coches de frente a no menos de 160? Y todo esto no con un Gumpert Apollo, no, con un R19 reventado, eso sí, con alerón y la clásica pegatina de "Turbo" en la luneta trasera, que corre más.

Al llegar a Astorga, todo esto tiene su recompensa:

Al día siguiente nos dirigimos a Logroño, vía Burgos, un buen peñazo de autopista, sin paisaje que ver, sin gasolineras en las que parar, con el control de crucero puesto y sin tráfico. Muchos coches con dos motos en el remolque dirigiéndose a Los Arcos (Gran envidia y obligada comentada de los obuses que llevan). Pero quizás ahí, es donde cobra más sentido el "Roadtrip".

Cuatro amigos que hace tiempo que no se ven, muchas risas, buena música, una excelente tarde, con la motivación de ver a más amigos y sabiendo que va a ser una gran noche.

La parada es obligatoria para repostar (Nosotros, que el coche es diésel y "con esto hago yo mil kilómetros sin repostar"):

(Botella de agua, uso reglamentario del lavabo y a seguir)

 

 

 

Proseguimos nuestro camino por la N-120, más límites de 50, camión, el clásico que va examinando la matricula del camión pero no lo adelanta ni deja hueco, el caliente del 320d que va con el coche entre los dos carriles, el Polo que sale a adelantar a 50 con un coche de frente, todos al arcén porque queremos llegar vivos, el motero de la K8 que para él no existe la raya continua. Un Mondeo que le molesta ser adelantado y acelera cuando estás en plena maniobra, no contento con eso se te pega al culo.

Está claro que yo no soy Nuvolari, pero intenté hacer mis adelantamientos con la mayor limpieza posible y respetando la distancia de seguridad. Pero tengo cada día más claro que la gente circula mirándose la bragueta y midiendo el tamaño de lo que hay detrás de ella. Sólo pido un mínimo de respeto y seguridad por parte de cada uno.

Por fin, llegada a Logroño y media hora para aparcar, ¿Dónde hay un subterráneo? Ni idea, quizás en Zaragoza. Si un Jaguar XJ8 se tiraba entre dos utilitarios que parecían haber salido de debajo del agua, es que no había mucha esperanza...

Al fin un buen sitio en batería, sacas las maletas, las dejas en la habitación del hostal y te haces con un colega la ansiada pregunta de "¿Qué, bajamos a tomar una caña?"